¿Qué nos depara el futuro?
Parece que la historia ha reservado un conflicto armado como el disparador del consumo energético limpio. Desde que Rusia invadió Ucrania, hemos experimentado un incremento sin precedentes en las últimas décadas del precio de los servicios energéticos. La ciudadanía del planeta ha observado atónita cómo se duplicaba el gasto en energías fósiles, mientras que sus bolsillos se iban vaciando en la mitad de tiempo.
¿Pero, cómo un solo hecho puede cambiar a la humanidad?
Pues esto ha servido para plantear un nuevo enfoque mundial de cómo íbamos a abastecernos los siguientes años, sin tener que gastar tanto. No hay mal que por bien no venga. Además, se empieza a ver lo desfasados que quedan ciertos sistemas de abastecimiento, enfrente de una modernidad no solo tecnológica, sino de paradigma.
Cabe destacar que ha coincidido con que el precio de la energía verde es la opción más barata para generar electricidad en casi todos los países del globo. Es decir, que de alguna manera se ha formado la tormenta perfecta para que esto suceda. Tras años de normalización de un consumo no sostenible, parece que de golpe se despierta una conciencia del cambio. Además, empiezan a caer ciertos mitos que ya nadie puede sostener durante mucho más tiempo.
Atrás quedó aquello de que no son rentables, que no funcionan si no hay sol, que contaminan el medioambiente o la poca productividad de las placas. Ha quedado más que demostrado que no solo no es cierto, sino que además, es una energía con una alta eficiencia y libre de emisión de gases contaminantes.
El cambio de paradigma ya está aquí
Por primera vez la energía solar se pone por delante del carbón y el gas natural como principal fuente de generación de electricidad. Y esto permite proyectar el crecimiento en los próximos años. Se estima que las renovables dupliquen su capacidad, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), en 2027 alcanzará una producción total de 5640GW, que es la misma cantidad en un solo año que toda la consumida en las últimas dos décadas.
Esto no solo se ha de leer como un dato positivo porque la tendencia sostenible se está consolidando, sino que además va a desplazar a las otras fuentes, tanto la nuclear como la de combustibles fósiles, permitiendo la reducción de las mismas. Con las energías renovables se amplían las esperanzas de un planeta más sano por más tiempo. Claro está que no producir energía de residuo fósil no implica que el CO2 se marche de manera inmediata, pero que no se genere más abre un hilo de positivismo y esperanza para todos.
¿Hacia dónde vamos?
Según los informes del AIE, antes del 2030 el sol va a ser el principal proveedor de electricidad a través de las placas fotovoltaicas, y ello supondrá un cambio en la orografía de nuestros pueblos y ciudades. Va a ser común ver un aumento significativo de paneles en edificios, comercios, campos, colegios, iglesias, etc.
La facilidad de su instalación y, sobre todo, la eficiencia que tienen y el gran rendimiento que generan, la posicionan como la líder incluso por encima de la energía eólica o la hidráulica, que ni rinden igual, ni son tan económicas de instalar. Eso implica que, para las generaciones venideras, el modelo energético que va a normalizar será el sostenible.
Un antes y un después
Estamos en una etapa de inflexión que nos dirige a un mañana completamente diferente al que muchos pensaban, y no va a tardar mucho en ocurrir. Como cualquier revolución, ni se planifica ni se sabe cuando sucede. Sea como sea, ya hemos entrado en la mejor época de las energías renovables y desde Ontec Energy estamos preparados para liderar el cambio.
Es momento de implicarse y conseguir un modelo energético sostenible para el bien de todo el planeta.
Si aún lo estás pensando, esperamos que este artículo te haya servido como revulsivo. Si aún te falta aclarar cierta información, no dudes en contactarnos, estamos aquí para ayudarte a dar el paso hacia el ahorro del autoconsumo.
